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El amor proyectivo aniquila el talento

por | Ago 6, 2020 | | Emoción | 0 Comentarios

¿Has descubierto cuál es tu PASIÓN o IKIGAI?

¿Sabrías identificar aquello que te hace levantarte por las mañanas para ir a trabajar?
Hablemos de Talento y para ello comenzaré compartiendo con vosotros un bello relato que nos situará en el punto de partida.

 

Relato: «El Rey y el Príncipe»

Hace muchos años un importante Rey recogía en sus brazos a su primogénito, la mirada hacia su hijo desde el amor proyectivo hizo que la vida del pequeño Amin ya no le perteneciese nunca más.

El pequeño príncipe creció entre abundancia y riqueza, nunca le faltó nada que él realmente tuviese la oportunidad de descubrir y conocer. El Rey padre siempre estaba dirigiendo y organizando la educación de su hijo y es que algún día el joven sería como su padre y su abuelo, un gran orador para dirigir a su pueblo.

En ello el Rey dedicaba cada día su gran esfuerzo e interés para ver algún día a su hijo coronado y dando el más brillante de los discursos a su pueblo. Y así día tras día Amín fue educado y adiestrado en este arte la oratoria, a su servicio estaban los mejores maestros y mentores que aleccionaban al joven príncipe.

Desde pequeño a Amín le fascinaba despertarse con el sonido del salterio que tocaba una joven doncella de palacio. Esa dulce melodía hacia dibujar un sonrisa en la cara del pequeño y su mirada brillaba emitiendo destellos al unísono de aquella hermosa música. Pero poco a poco su vida envuelta en lecciones de retórica hizo que Amín olvidase aquellas bellas melodías que hacían vibrar su alma.

El Rey comenzó a mostrar al joven príncipe, el cual, se fue ganando a su pueblo a través de los discursos que daba. Pero un día llegó la desgracia a palacio, Amin enfermó de una grave afección que le atacó a sus cuerdas vocales lo que le hizo perder definitivamente la voz. Desde aquel momento el Rey se sumió en una gran depresión, pues ya no vería los que más deseaba, ver a su hijo coronado y dirigiéndose a través de la palabra a su gente. Finalmente, el trono fue para el sobrino del Rey y el joven Amín fue relegado a vivir bajo la sombra de aquel reinado. Sabemos que encontró una buena mujer con la que se casó y tuvo un hijo. La vida transcurrió entre luces y sombras para aquel joven, aquel hombre que no tuvo tiempo para descubrir su verdadero talento.

Después de su muerte, su hijo encontró una partitura escrita por su padre, fue la primera vez que en palacio se interpretaba por los músicos de la corte la más bella melodía jamás escuchada. Y así fue como descubrieron donde estaba el verdadero talento de aquel niño, aquel joven aquel hombre llamado Amín que paso por la vida intentando ser aquel brillante orador que su padre tanto deseaba y que le hizo ser esclavo de lo que realmente él no amaba.

 

Relato de Consuelo Maciá

¿Qué es el talento?

El concepto de talento es uno de los que más interés ha generado en el ámbito de la investigación en psicología. Y tiene su gran importancia pues dependiendo de su presencia o ausencia se asocia con el grado de rendimiento en determinadas tareas y diferentes ámbitos, no solo en el educativo sino en el personal, social y profesional.

Del latín talentum, el concepto de talento está vinculado a la APTITUD o INTELIGENCIA. Se trata de la capacidad para ejercer cierta ocupación o desempeñar una actividad. El talento suele estar asociado a una habilidad innata y a la creación, aunque también puede desarrollarse con la práctica y el entrenamiento.

Todo ser humano nace con algún (o algunos) talento, es decir, tiene alguna capacidad concreta que de manera natural se le da bien y disfruta desarrollándola ya que esto no le supone apenas esfuerzo pero a veces este talento está oculto a la espera de ser revelado.

A muchas personas y concretamente a muchos de mis alumnos y familias les preocupa la sensación de estar desorientados a la hora de escoger itinerarios profesionales, ya que, de cierta manera irán configurando el futuro de los jóvenes. Preguntas del tipo: No sé que es lo que me gusta, es que creo que no valgo, ¿seré bueno para hacer ese trabajo?, etc.

 

¿Cómo reconocer nuestro talento?

En muchas ocasiones y con la mejor de nuestras intenciones queremos determinar el talento de los demás y ese no es el proceso. El proceso de búsqueda está en cada individuo y se produce de dentro hacia fuera. Como adultos debemos acompañar, crear oportunidades y dotarles de las herramientas para que nuestros hijos y alumnos sean capaces de encontrar su verdadera pasión, su elemento, el TALENTO.

Reconocer que todos tenemos un talento y que en ocasiones necesitamos un entrenamiento para descubrirlo nos invita a comenzar el proceso. El talento no solo tiene que ver con la inteligencia, también con el movimiento ( por ejemplo, deportistas), con la comunicación-emoción y creatividad, el abanico es tan amplio como posibilidades y personas.

“El punto de partida es entender como el AUTOCONOCIMIENTO Y AUTOOBSERVACIÓN nos ayudarán a identificar y potenciar nuestro talento”.

Proximamente descubrireís una guia básica con tips que te ayudarán en la búsqueda de tu talento.

Si no quieres perderte esta guía, suscríbete a mi newsletter y la recibiras en primicia.

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